La sorprendente historia detrás del primer cajero automático (y cómo ha cambiado la forma de pagar)

Sacar dinero del cajero es algo tan integrado en nuestro día a día que apenas pensamos en ello. Sin embargo, no siempre fue así. De hecho, poder acceder a tu dinero sin necesidad de acudir a una ventanilla fue, en su momento, toda una revolución. Si te intriga cómo empezó todo y cómo ha evolucionado este servicio hasta convertirse en una herramienta imprescindible, sigue leyendo. Te contamos la historia y curiosidades del primer cajero automático y cómo ha cambiado la forma en que usamos el dinero.

El primer cajero: una idea adelantada a su tiempo

Todo comenzó en 1967, en una sucursal del Barclays Bank en Londres. Fue allí donde se instaló el primer cajero automático del mundo. Su funcionamiento era muy distinto al que conocemos hoy: el usuario introducía un cheque especial impregnado con una sustancia radiactiva —sí, has leído bien— y el cajero dispensaba una cantidad fija de efectivo. No había tarjetas, ni PIN, ni pantallas digitales. Pero fue el comienzo de una nueva era.

La idea fue del escocés John Shepherd-Barron, que se inspiró en las máquinas expendedoras de chocolate. Pensó que si era posible obtener un dulce a cualquier hora, también debería poderse acceder al dinero de la misma forma. El proyecto convenció a la banca británica y, tras esa primera prueba, su implantación fue creciendo en todo el mundo.

Una evolución constante al ritmo de la tecnología

Desde entonces, los cajeros han cambiado mucho. De dispensar cantidades fijas pasaron a permitir operaciones cada vez más complejas: consultar saldo, realizar transferencias, recargar móviles o cambiar el PIN. También evolucionó su seguridad, primero con bandas magnéticas, después con chips y, hoy en día, con sistemas contactless o incluso acceso desde el móvil.

Este avance ha hecho posible que millones de personas puedan gestionar su dinero de forma autónoma y segura, sin depender del horario de oficina ni hacer colas. Los cajeros se han convertido en una extensión de la oficina bancaria, disponible las 24 horas del día.

Ventajas actuales que quizás no conocías

Hoy en día, los cajeros automáticos ofrecen mucho más que retirar efectivo. En muchos casos permiten hacer ingresos, consultar movimientos, obtener justificantes o cambiar la configuración de tu tarjeta. Algunos, incluso, se pueden usar sin necesidad de tarjeta física, simplemente con el móvil o un código generado desde la app.

La comodidad, la rapidez y la disponibilidad son solo algunas de las razones por las que siguen siendo una herramienta fundamental en la relación con tu entidad financiera. Aunque cada vez usamos menos efectivo, los cajeros siguen siendo clave para muchas gestiones del día a día.

La red de cajeros de Grupo Caja Rural: cercana, útil y sin comisiones

En Grupo Caja Rural contamos con una de las redes de cajeros más amplias del país. Gracias a nuestra presencia en todo el territorio, tienes acceso a miles de puntos donde operar sin comisiones. Puedes retirar efectivo, consultar tu saldo, hacer ingresos o enviar dinero a través de servicios como Bizum.

Además, muchos de nuestros cajeros ya permiten el acceso sin tarjeta física, usando tu teléfono móvil o desde la app de Ruralvía. Buscamos que cada operación sea sencilla, rápida y accesible. Porque estar cerca de ti significa también ponértelo fácil.

¿Quieres saber cuál es tu cajero más cercano? Usa nuestro buscador de cajeros y accede a todos los servicios que te ofrece nuestra red, estés donde estés.